viernes, 15 de mayo de 2015

Ariel III

Nirvana II

¿Que mierda eran esas criaturas? y... y ...y ¿Por qué vienen por mi? me pregunta frenética y caminando de un lado a otro en mi salón.

Si me das un minuto que pueda sentarme y curarme el hombro te puedo contestar a todas las preguntas, pero sólo dame un minuto, le digo mientras me sujeto al hombro y me acero a unos cajones.

Con el torso al aire no puedo pasar por alto su rostro de sorpresa, estoy lleno de cicatrices, secuelas de mi adiestramiento en el cielo.

¿Es...Estás bien? me pregunta con el rostro compungido.

Sí, afirmo con seguridad.

Es q..que puedo ver a través de tu hombro, me dice asustada.

Saco de una urna un puñado de cenizas y me cubro la herida, su rostro palidece aún más al ver que mi cuerpo se regenera por arte de magia. Se acerca raudamente a inspeccionar mi hombro.

Pe.. Per... Pero...¿Qué has hecho?

Cenizas purificadas, es el ungüento de los guardianes, le digo y me pongo la camiseta.

Lo siento, siento no haberte creído, me dice arrepentida.

Bueno, no pasa nada, le digo y añado, si tienes hambre puedes prepararte algo en la cocina, yo necesito un café.

Ella se ofrece a preparar el café, siento su confusión, su miedo.

¿Cómo te llamas? me pregunta con una sonrisa.

Ariel, le digo.

Yo soy Nir..

Nirvana, le interrumpo.

¿Por qué me persiguen? soy una chica normal y corriente, con sus tonterías, sus estudios, una vida normal, me dice confundida.

Siento no tener todas las respuestas, pero no tengo ni la más remota idea, no sé ni porque los desterrados pueden materializarse en tu dimensión, le digo.

¿Puedes explicarme eso de los desterrados por favor? me pregunta.

Todo empieza y termina en los humanos, los desterrados necesitan actos de maldad que pueda vulnerar la entrada al cuerpo de un humano, una posesión...

¿Entonces los guardianes matan a los humanos poseídos? me interrumpe.

Los desterrados vagan en una dimensión paralela a la de los humanos, ellos habitan en la oscuridad y es allí donde los matamos, si un desterrados se hace con un cuerpo es trabajo de los humanos lidiar con eso, son muy pocos casos en los que haya tenido que matar a un humano con una posesión muy peligrosa, le digo intentando aclararle sus dudas.

Pensé que Dios y los demonios no existían, que la religión era un invento...

Y lo es, Dios no designo ninguna religión en la tierra, todo lo que se escucha en tu mundo son inventos y mentiras, las religiones son obra de los desterrados, es una manera de captar más almas, Dios creo el mundo como una diversión de su poder, los humanos alimentaron la maldad, le digo.

¿Que hago?...

Voy a intentar solucionar esto, quédate en mi apartamento y por ninguna razón salgas, aquí eres inmune a cualquier rastro, ellos no pueden sentirte aquí, no salgas Nirvana por nada del mundo, le advierto y me voy.

Lázaro y Azazel

Espero que Lázaro tenga alguna respuesta a esto, me digo mientras conduzco por la ciudad, algo gordo se viene, me digo. Llego a la casa de Lázaro, me está esperando en la puerta, puede sentirme.

Pasa, pasa, he sentido un intenso dolor en el hombro, temía lo peor por ti, me dice preocupado.

Nos vamos a su jardín, que paz me da éste sitio.

Ayer rescaté a una chica estaba siendo atacada por 3 desterrados materializados en éste mundo, le digo.

Eso es imposible, sabes de sobra Ariel que los desterrados no pueden materializarse en ésta dimensión, es imposible, para ello necesitan...

Sí, la ayuda de Dios, le interrumpo.

Entonces dime porque hoy por la mañana he tenido que asesinar a 5 desterrados que iban detrás de la misma chica, no eran posesiones Lázaro, eran 3 podridos en ésta dimensión, le digo molesto.


Pero es que es impos...

Tú sentiste mi hombro, fue la espina dorsal de un desterrado, algo está pasando en el cielo desde que Dios se sometió al sueño milenario, le digo angustiado.

¿Y la chica? me pregunta.

En mi apartamento, asustada, le digo.

Bien, bien, bien, voy a buscar respuestas en el cielo, cuida a la chica, algún Arcángel debe saber lo que pasa, me dice pensativo.

Lázaro, no te fíes de nadie arriba, durante mi adiestramiento Miguel y yo nos hicimos muy amigos, dile que eres mi vigía, a lo mejor podemos conseguir algo, le digo preocupado.

De acuerdo, me dice.

Yo de momento conseguiré respuestas aquí, uno de los desterrados me confesó que Azazel está en la Catedral de los católicos...

¿Azazel? ¿Que hace un comandante del averno en la tierra? se pregunta alterado.

Lo sé, no tiene sentido todo esto, le digo.

Lázaro se levanta y del jardín desentierra un cofre.

Sé que a lo mejor no los necesitas Ariel, pero llévate esto por favor, me dice y abre el cofre.

Es tu kusarigama Lázaro, le digo.

Llévatelo, espero que te cuide de la misma manera que me cuido durante 500 años, me dice.

Gracias Lázaro, le digo.

Se levanta y me abraza de la misma manera, con calidez y ternura, como si fuese la última vez y me susurra:

Ésta vez es un comandante Ariel, pelea en tu verdadera forma, por favor.

Nos despedimos. Nunca he tenido que luchar en mi verdadera forma, nunca me ha hecho falta, pero tampoco he luchado con un comandante en mi vida, me siento nervioso y excitado a la vez. Voy conduciendo y miro a los humanos, viven ignorando tantas cosas, mirando el reloj, siempre caminando con un destino al que llegar.

Poco a poco me voy acercando a la catedral de los católicos, me siento tan nervioso. Para esto fuiste adiestrado Ariel, me repito en la cabeza, me detengo frente a la catedral, puedo sentir la pestilencia que emana ese sitio, la putrefacción. Enciendo mi radio y  pongo una canción de Phil Collins, "In the air Tonigth" como si fuese un ritual, una canción para la batalla. 

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