miércoles, 27 de mayo de 2015

Ariel VI Mi ascensión

Mi ascensión

Ponte mi gabardina Nirvana, le digo tenso.

¿Qué está pasando? me pregunta nerviosa.

La ignoro completamente y empiezo a buscar en los cajones de la cocina.

¿Ariel?, me insiste.

Esto puede servir... a lo mejor no, no sé, tiene que servir para que no la puedan percibir, me digo hablando solo.

!¿Ariel?!, alza la voz.

Escúchame, te lo explico luego, ahora ponte la gabardina por favor, le digo.

Me veo ridícula Ariel, se queja.

Perdóname por lo que voy hacer...

El qué, me interrumpe.

Con el ambientador que encontré en los cajones de la cocina la perfumo un poco.

¿Qué haces idiota?...¿Intentas matarme? me reprocha tosiendo.

Ciérrate la gabardina, esperemos que así no puedan sentir tu aroma, vamos, le digo y la vuelvo a coger de la mano.

Salimos a la terraza y me presento a Nirvana en mi verdadera apariencia, con la boca abierta empieza a mirarme de arriba abajo.

Ven, no tengas miedo, le digo y le tiendo mi mano.

Se acerca con el rostro pálido.

Abrázame con fuerza, le digo y empiezo a batir mis alas.

Siento como sus brazos me rodean con firmeza, bajo mi mirada para verla mientras volamos y tiene los ojos cerrados, se ve tan ridículamente entrañable en mi gabardina. Necesito ir a la casa de Lázaro, buscar si me ha dejado algo... mi buen amigo Lázaro.

Aterrizo en su jardín, llevamos diez segundos parados pero Nirvana sigue con los ojos cerrados y apretada a mi pecho con fuerza.

Ya llegamos Nirvana, le digo.

Ah.. ah.. sí, me dice un poco despistada y me suelta.
Ésta es la casa de mi vigía,  entra y ponte cómoda, le digo.

Me quedo un segundo solo en el jardín de Lázaro, viendo con nostalgia sus flores, sus rosas, aún puedo verlo recortando la mala hierba mientras me daba consejos, la primera vez que nos conocimos cuando termine mi adiestramiento en el cielo. ¿Qué es esto? tengo los ojos húmedos, es la primera que lloro.

Ariel, Ariel, escucho la voz de Nirvana llamándome.

Sí, voy en un segundo, le contesto y añado, esto no se va a quedar así Lázaro, te lo prometo amigo mío.

Al menos tu vigía tiene cosas en el frigorífico, voy a preparar la cena, voy hacer mis deliciosos espaguetis Alfredo, me dice ilusionada.

Tiene una foto de los dos en el salón,  ésta foto es de 1921, la primera vez que llegué a la región 6, pelado y con las patillas largas, estúpido peinado reglamentario. Voy a su habitación, reviso sus cajones intentando encontrar algo de información pero no hay nada, encuentro su diario, lo respeto demasiado como para leerlo.

Me siento en la cama, los minutos pasan y pasan mientras pienso con la mirada pérdida en una esquina de la habitación, odiaría tener que dejar sola a Nirvana otra vez, después de tantos años tendré que hablar con Jafet, esto es demasiado gordo para un sólo guardián.

¿Ariel? ¿Ariel? la comida está lista, me avisa Nirvana.

Bajo las escaleras y la encuentro con un mandil y una sonrisa, la mesa puesta, es tan ingenua... ignora la peligrosa situación en la que está.

¿No tienes hambre? me pregunta con el rostro preocupado.

No es eso, necesito que entiendas la situación en la que te encuentras, le digo.

Lo entiendo Ariel, pero mientras esté contigo no me puede pasar nada ¿no? me pregunta.

Yo tengo que volver al cielo Nirvana, necesito encontrar respuestas, voy a dejarte con un guardián, él te va a cuidar mientras yo no esté, le digo.

Pero...

Tranquila, mi promesa se mantiene Nirvana, no voy a dejar que nadie te haga nada, pero esto me viene grande, necesito ayuda y sola no te voy a dejar, al cielo no te puedo llevar, ni yo debería volver al cielo, le digo.

Confío en ti, me dice con una sonrisa  y añade, ahora prueba mis espaguetis.

Están deliciosos, gracias, le digo.

Terminamos de comer y le digo que descanse una hora, tenemos que salir antes de que se ponga el sol. Revisando los cajones de Lázaro encuentro un paquete de cigarros, hace tanto tiempo que dejé de fumar pero mi voluntad es débil, me enciendo un cigarro mientras veo a Nirvana descansando en el sofá, tan indefensa, tan dócil. Pensar que ésta pequeña morena puede ser la herramienta para el apocalipsis más grande para la tierra.

Nirvana, Nirvana, tenemos que irnos, le susurro.

Ummm, unos minutos más por favor, me dice somnolienta.

Despierta Nirvana, le vuelvo a susurrar y muevo suavemente su hombro.

Sí, desearía que todo fuese un sueño, pero nunca hubiese tenido la oportunidad de conocerte, me dice con un gran bostezo.

Vamos, ponte mi gabardina y...

¿Me vas a volver a rociar con el ambientador? me interrumpe.

Ésta vez no, le digo y me río.

Pero tengo que usar tu gabardina que parezco una vieja con una bata ¿no? me pregunta.

Eso sí que no entra en discusión y ponte ésta colonia, le digo.

Salimos al jardín y me vuelvo a transformar, ya no tengo que decirle que se acerque y me abrace con fuerza, sin darme cuenta la tengo aferrada a mi pecho con los ojos cerrados.

Puedes abrirlos, le digo.

No, no, no, no, vamos ya, tengo acrofobia, no sé ni como estoy haciendo esto, me dice nerviosa  y me río.

Tranquila, no voy a dejar que te caigas, le digo y empiezo a batir mis alas.

Jafet es el guardián del Sur de la Región 6, puedo encontrarlo por el olor que desprende su espíritu, no debería confiar en nadie desde la muerte de Lázaro, pero Jafet y yo éramos compañeros en el Ausbildung (lugar de entrenamiento de los Ángeles). Es extraño, su olor no me lleva a ninguna casa de la ciudad, su olor me lleva a una pequeña cabaña en un bosque ¿De qué te escondes Jafet?. Aterrizamos en la puerta de la pequeña cabaña.

Jafet, Jafet, soy Ariel, sé que estás ahí dentro, digo.

Escucho ruidos que provienen de la cabaña. Ariel, Ariel, abre la puerta y me abraza asustado.


Pasa, pasa, hermano, pasa, no es seguro fuera, me dice y con desconfianza empieza a mirar alrededor.

¿Estás bien? le pregunto.

¿Ésa es la chica? puff hermano, las cosas están jodidas, he tenido que dejar la ciudad, el cielo está cazando a los guardianes y a los vigías, están asesinando a todos, me cuenta asustado.

¿Cómo? le pregunto extrañado.

Miguel, Miguel se ha vuelto loco hermano, no es el mismo que conocimos cuando estábamos en el Ausbildung, asesino a mi vigía, asesino a Sem mientras me escondía en su casa hermano, asesino a vigía hermano, me dice frenético.

También han asesinado a mi Vigía Jafet, le digo.

Lo sabía, han asesinado a los vigías y a los guardianes de 7 regiones distintas hermano, pero lo más extraño es que Miguel no pudo percibirme escondido en la casa de mi vigía, me dice.

Jafet, tienes que proteger a Nirvana con tu vida, voy a ir al cielo a buscar respuestas, eres la única persona en la que puedo confiar ahora, le digo cogiéndole del rostro.

Eres el único que puede hacerle frente a Miguel, en el Ausbildung los demás ya se habían percatado de tu poder, tienes que salvarnos Ariel, por favor, me suplica.

Lo intentaré Jafet, protege a Nirvana con tu vida, si cae en el infierno desencadenará el apocalipsis, si ves que no puedes huye Jafet, huye, le digo.

Confío en ti hermano, sálvanos, me dice con lágrimas en los ojos.

Me acerco a Nirvana que yace desconcertada en una esquina de la cabaña asustada por la reacción de Jafet. Le cojo la mano y la pongo en mi pecho, en mi corazón.

Recuerda nuestro pacto Nirvana, sé que puedes sentir mi corazón porque yo siento el tuyo, aunque no esté a tu lado puedo sentir lo que sientes y lo que te pasa, te hice una promesa y voy a dar mi vida por ti, volveré a por ti... siempre, le digo y me acero a Jafet.

Sé que tienes miedo Jafet pero eres un guardián, defiende con tu vida a Nirvana, confío en ti, le digo y lo abrazo.

Antes de irme, giro mi cabeza y miro a Nirvana que está asustada con lágrimas en los ojos, le sonrío, le guiño un ojo y salgo con dirección al cielo.

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